viernes, 3 de febrero de 2023

Escribiendo microrrelatos improvisados con el chat. Parte 1

    En esta ocasión y para celebrar el día de... "leer en voz alta", le pedí a mi chat de Twitch que me dijesen algunas palabras para crear microrrelatos durante el directo. Yo me disfrazaría de aquello que me pidiesen y estuviese relacionado con el microrrelato que estuviese haciendo en cada momento y, esto, fue lo que creamos en esas dos horas. 

    Las palabras que me pidieron que utilizase están subrayadas y en cursiva dentro de las historias. 
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El deseo de un hada

    Cuando el universo no era más que una mota de polvo en el espacio vacío, una pequeña hada de los deseos le ofreció a Zeus aquello que más deseara, por supuesto, a cambio de darle a ella algo que amara. De repente, el dios de dioses se levantó de su trono y, con su poderoso rayo, lanzó una ráfaga que recorrió el vacío, creando las estrellas en las que hoy vivimos.

    Cuando el hada fue a preguntarle lo que él dios más deseaba, este le dijo que soñaba con ser adorado por todas las criaturas que él creara. El hada se quedó pensativa y le concedió lo que pedía, poco después, le preguntó por el ser que podría amar con toda su alma y que Zeus le había prometido en aquella antigua cháchara. El dios le respondió que podría elegir, de entre todos los animales que había creado, el que más le gustara.

    El hada paseó por cada mundo, intentando encontrar aquel ser con el que más se identificaba y, de repente, al llegar a la Tierra, encontró la paloma de la paz que con su vuelo y su cantar a todo el mundo alegraba.

    Y ambos fueron felices, el hada con su paloma y Zeus con la adoración que su nombre provoca.

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El vaquero

    Sentado en su pequeña mecedora de madera, un viejo vaquero de los que ya apenas quedan, observa el horizonte en el porche de su pequeño rancho a las afueras de Texas. De repente, un coyote aparece en lo alto de una de las elevaciones rocosas, que se encuentran a varios kilómetros de distancia y a aullar comienza.

    El vaquero estira el brazo y recoge su escopeta, pues aquella  es una señal clara de lo que le espera. Su familia se marchó de aquellas tierras, debido a los indios que las pueblan; pero él no dejará de luchar por la tierra que tanto sudor, sangre y lágrimas derramó para mantenerla.

    Se escuchan los gritos de guerra, los cascos de los caballos, y, el viejo vaquero morirá luchando, como siempre, con las botas puestas.

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El exorcista

    En las paradisiacas playas de Hawai, un joven exorcista residente en Bombai, se sienta en la arena con las manos manchadas de sangre, Su trabajo es muy duro y apenas gratificante. Por cada demonio que combate, surgen otros tres a los que exorcizar, como la Hidra de Hércules a la que fue casi imposible de matar.

    Si tan solo hubiese luchado un poco más, aquella joven seguiría con vida o, por lo menos, su alma en el paraíso descansaría.

    Una ola le golpea los pies y al mirar al horizonte, descubre que todo está en llamas a su alrededor; pues… la joven en el exorcismo, no fue la única a la que el demonio mató.

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La espada y el charcutero

    En un hermoso pueblo pesquero, vivía un charcutero que había perdido a su familia durante la guerra. La pandemia que llegó después arrasó con todos, dejándole a él solo en el mundo con su negocio.

    Una noche que regresaba a su casa en la montaña, se topó con una luz proveniente de una gruta cercana. Decidió acercarse a comprobar aquello que brillaba y se encontró con una espada en la piedra clavada.

    El hombre decidió cogerla para cortar la carne en su negocio, pues se notaba que la hoja estaba bien afilada y no tendría que comprar nuevos cuchillos en una larga temporada. De repente, al tocar el mango de la espada, sus peores pesadillas le llegaron a la mente  y le hicieron retorcerse; pues recordó la forma en que había despedazado a su familia, para vendérsela a los clientes.

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La escritora  y el fantasma

    Los dedos de la joven promesa de la literatura romántica, vuelan por el teclado de su vieja máquina de escribir. Es amante de lo clásico, le gusta el café recién hecho por las mañanas y sueña con ver al hombre tan apuesto, que vio en aquellas fotografías en blanco y negro, aparecer en su puerta con un buik negro.

    De repente escuchó el motor de un coche detenerse junto a su ventana y, al asomarse para ver quién llegaba a su morada, descubrió que era el mismo hombre que había visto en el museo, cuando lo visitó la semana pasada.

    ¿Cómo podía ser cierto? Aquellas fotografías tendrían varias décadas a sus espaldas. ¿Quién sería aquel caballero que la sonreía, apoyado en la carrocería de aquel auto clásico y que tan bien se conservaba? ¿Acaso era producto de su imaginación o se trataba de un auténtico fantasma?

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El laberinto

    Marisol miró hacia el cielo encapotado y pensó que sería imposible escalar el muro que tenía enfrente. Aquel laberinto en el que aquel hombre la había encerrado, se volvía más y más enrevesado con cada nueva trampa que lograba esquivar.

    De repente llegó a una intersección y descubrió un agujero en el suelo, el laberinto estaba en obras y aún no había sido construido por completo. ¿Cómo saldría de allí si la salida estaba al otro lado ¿Lograría atrapar el queso entre sus patas, sin morir en el intento?  Y si lo lograba, ¿la librarían del siguiente experimento?

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Elsa al cuadrado

    Cuando Elsa Pataky recibió la oferta de aquella nueva versión real de Disney, no podía creerse la suerte que había tenido al toparse con el director, días antes en el rodaje de su marido. No soportaba mucho el frío, pero por los millones que cobraría al hacer de Elsa —la de Frozen —en la película de acción real, merecía el esfuerzo.

    Pero cuando descubrió que sería David Bisbal quien haría la banda sonora, decidió declinar la oferta para seguir haciendo ejercicio con los canguros de la zona. Entonces, un balón le golpeó en la cara y se despertó del profundo sueño en el que se encontraba, en la espléndida terraza de su casa.

    Todo aquello había sido un sueño, al igual que le pasó a Resines en cierta serie que no mencionaremos.


FIN

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