viernes, 16 de septiembre de 2011

Amar hasta la obsesión 4ª parte

Cuando se despertó, Holly se encontró sola en la cama, tenía una rosa roja y una nota en su almohada. Se dio cuenta que el grillete que le apresaba el tobillo, había desaparecido, la puerta estaba abierta y no había moros en la costa. Leyó la nota "no me esperes". No podía ser, la estaba dejando libre. ¿Porqué? No habían aclarado nada. Se levantó de la cama y en el suelo vio que había dinero, supuso que se lo habría dejado para coger un taxi. Se puso los zapatos, se arregló un poco el pelo y salió a correr. Recogió su bolsa de viaje, estaba fuera, al pie de las escaleras. Bajó por ellas y salió por la puerta principal. ¿Hacia dónde iría? Decidió seguir las huellas de los neumáticos y pasados unos veinte minutos, llegó a una carretera en la que hizo auto-stop. Pronto llegó a la renfe, desde allí hasta la cabaña donde la esperaba Greg, no había más de media hora de trayecto. Llamó a Greg con su móvil, lo tenía en uno de los bolsillos de su bolsa.

Greg: Por fin. ¿Dónde estabas? Te llamé pero no me contestaste. Iba de salida para buscarte en casa de tus padres.
Holly: Lo siento. Es que me dejé el móvil en casa de una compañera, he ido a recogerlo antes de salir. Ven a buscarme, estoy en la parada del tren. Aún nos queda tiempo para disfrutar nuestra escapada en la montaña. Anda, se bueno y recógeme.
Greg: Voy, pero me debes una. Estuve preocupado por ti. Te quiero.
Holly: Y yo a ti.
Greg: ¿Porqué no me dices nunca que me quieres?
Holly: Lo acabo de hacer.
Greg: Sabes a lo que me refiero.
Holly: No quiero que se te suba a la cabeza. Jajaja

Greg llegó y vio a Holly sentada en un banco. Cuando Holly lo vio, salió corriendo, se lanzó en sus brazos, se colgó de su cuello y le besó. A Greg se le olvidó la reprimenda que tenía preparada. De camino, mientras Greg le iba contando a Holly como se había aburrido ese tiempo, mientras esperaba que le diera alcance, ella rebuscaba en su bolsa para ver si faltaba algo. Le parecía extraño que Brian la hubiese soltado sin decirle aquello que le había llevado a realizar ese acto salvaje. De pronto, entre sus ropas encontró una carta. Era de Brian, tuvo que mantener la calma y disimuló, dejando la nota en el mismo lugar que la encontró.
Al llegar a la cabaña se fue al baño para darse una ducha o lo que fuese, estaba asquerosa por culpa del encierro y del viaje. Se llevó con ella la carta y mientras llenaba la bañera de agua caliente, se sentó en el váter y comenzó a leer.

Siento todo lo que te hice pasar. Sólo quería hablar contigo, aclarar las cosas, sé que me equivoqué en el modo, pero si te he de ser sincero, volvería a hacerlo sin dudar. La noche que pasamos juntos no la olvidaré jamás. Pero reconozco que me equivoqué y he preferido enmendar mi error. Sólo te pido, que si alguna vez me perdonas y te ves con ganas de aclararlo todo, me llames. Aquí te dejo mi número. Esperaré tu llamada. Espero que no tenga que esperar toda la vida, aunque si he de hacerlo, lo haré.


Holly sabía lo que debía hacer. Cenó con Greg, era muy feliz con él, era el hombre de su vida, pero si no arreglaba las cosas con Brian, nunca podría ser realmente feliz. Cuando Greg se durmió, se levantó, salió de la habitación, cogió un suéter y se marchó fuera de la cabaña, con el teléfono en la mano.

¿Se atrevería a llamar? ¿qué iba a decirle si se lo cogía? Era muy tarde ¿estaría durmiendo o estaría recordando cada momento que pasaron juntos, como estaba haciendo ella?


Continuará...


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