viernes, 12 de agosto de 2011

Juego de Dioses 2ª parte


Cloe: ¡Suéltame! Me haces daño.
Cronos: Lo siento. No quería que te perdieses por el camino. ¿Estás bien?
Cloe: Sí, pero... ¿dónde estamos?
Cronos: En mi casa, bueno para ser más exactos, en mi cueva.
Cloe: ¿Qué te crees, Batman?
Cronos: Ese a mi lado es una mala copia.
Cloe: Que gracioso. Me parto ¿me puedes decir dónde está la salida? Me quiero ir.
Cronos: Aquí estás a salvo. Debes quedarte hasta que podamos averiguar...
Cloe: ...Hasta que podamos averiguar nada, yo me voy. Además, en la azotea me defendí bastante bien yo solita, aunque para ser sincera, no sé como lo hice, pero lo averiguaré. Y sin ayuda.
Cronos: Ya ¿y sabes quienes eran esos de la azotea?
Cloe: ¿Eso importa? Supongo que dos brujos, como los otros que me contaste estaban frente a mi casa.
Cronos: Eso quisieras tú. Eran dos demonios. Y no precisamente de los de bajo nivel. No sé con quién te habrás metido chica, pero lo tienes crudo.
Cloe: ¿Demonios, brujos? Espera, esto es demasiada información para asimilarla en tan poco tiempo.
Cronos: Pues más te vale ponerte las pilas, porque debemos averiguar por qué te buscan y pronto.
Cloe: ¿Y yo que sé? Hasta esta mañana pensaba que mi amiga Callie estaba un poco loca por creer en extraterrestres y cosas de esas; y ahora resulta que la loca soy yo.
Cronos: Por favor, piensa. ¿Qué hay de especial en ti para que esos seres quieran capturarte? Aparte de ese extraño campo de energía que surgió de la nada. Piénsalo, yo mientras buscaré en los libros a ver si averiguo algo.
Cloe: ¿Qué pasa, que aquí no te llega el wifi?
Cronos: Querida, aquí hay libros que ni si quiera el mejor bibliotecario del mundo sabe que existen. Y para tu información, no todo está en la red. Además ¿de verdad piensas que aquí abajo hay cobertura?
Cloe: Vale, lo capto.

Cloe se sentó en la cama que había en uno de los rincones de la cueva. Mientras, Cronos fue investigando en los libros de su biblioteca particular. Cuando terminó con los de brujería, pasó al libro de leyendas. En él se encontraban recopilados todos los mitos, leyendas y fábulas mágicos que existían a lo largo de la historia del mundo.
Cuando iba por la mitad del libro, se levantó bruscamente y al hacerlo, hizo que la silla en la que estaba sentado, cayera al suelo con un ruido que sobresaltó a Cloe.

Cronos: ¡Creo que lo encontré!
Cloe: ¿El qué?
Cronos: Dice así <<La leyenda de la joven protectora. Cuenta la leyenda que una hermosa joven, será la encargada de salvar al mundo cada 300 años. El espíritu de la joven se reencarnará en el cuerpo de otra joven valiente y decidida, muy parecida a la guardiana original. La joven tendrá el poder de crear escudos protectores, de curar heridas y de atraer a los espíritus a su antojo>>
Entre otras cosas que no especifica muy bien.

Cronos y Cloe se quedaron petrificados. No pudieron articular palabra. Permanecieron sujetando el libro entre los dos, anclados al suelo.
De pronto, Cloe comenzó a enfadarse. No era justo. ¿Porqué a ella? Tendría que haber una explicación lógica para todo aquello. Cuando se enfadó todavía más, dio un golpe en la mesa y el escudo que apareció cuando estaban en la azotea, volvió con tanta fuerza que golpeó a Cronos y lo hizo volar por la cueva hasta el otro lado de la misma. Cloe se apresuró para llegar a su lado y ver si estaba herido, pero al llegar lo vio riéndose a carcajadas.

Cloe: ¿Qué es tan gracioso?
Cronos: Lo primero, que te hayas preocupado tanto por mí, te repito que soy un Dios y deberías haber visto la expresión de tu cara. Lo segundo, que ya sabemos como aparece tu escudo, cuando te enfadas, está ligado a tus emociones.
Cloe: Pues ya lo sabes, procura no enfadarme.
Cronos: Lo tendré en cuenta para la próxima vez.


Continuará...







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