miércoles, 16 de marzo de 2016

Leyendas de cristal. Capítulo 1



Meg: Sarah vamos a sentarnos, no puedo más. Los pies me van a matar.
Sarah: ¡Qué poco aguante tienes, Meg! Jajaja.
Meg: Cuando quieras te cambio mis tacones de aguja por tus botas de cowboy, después veremos quién tiene más aguante de las dos.
Bea: Lo que no entiendo, Meg, es cómo te vienes a un bar country vestida de gala.
Laura: Déjala, yo la entiendo. Hemos aprobado chicas, eso hay que celebrarlo. ¡CAMARERO, UNA RONDA DE CHUPITOS!- El camarero estaba ocupado y no le prestó atención.-
Sarah: Yo paso, sabes que no bebo. Además, una de nosotras debe estar sobria para conducir.
Meg: Un chupito no es nada. Que yo sepa nadie ha dado positivo en un control de alcoholemia por un chupito de piruleta y está tan bueno…
Bea: Como el nuevo camarero.
Laura: ¿Quién, ese?
Sarah: ¿Cómo sabes que es un camarero?
Meg: Muy fácil, lleva una camiseta blanca, vaqueros y botas de cowboy, como todos los camareros. Y por si no te convence mi argumento… ¡EY TÚ, UNA RONDA DE PIRULETAS PARA TODAS!

El camarero, que ésta vez sí había oído a la joven, se dirigió a la barra a pedir los chupitos.


Bea: Buena estrategia.
Meg: Gracias, siempre fui el cerebro del grupo.
Laura: ¿Cerebro tu? Más bien el hardware.
Meg: Ya está aquí la friki de los ordenadores con sus chistes malos.


Todas se echaron a reír hasta que el camarero apareció con los chupitos.


Ben: Invita la casa, señoritas. Me llamo Ben, lo que necesiten pídanmelo. – Mirando fijamente a Sarah, mientras le entregaba el vaso y le guiñaba un ojo.-


Cuando el camarero se marchó, todas comenzaron a reírse de lo colorada que se había puesto Sarah.


Meg: Y eso que aún no lo has probado. Jajajaja
Laura: Lo bueno es que le has gustado al camarero, por lo que tendremos barra libre el resto de la noche. Eso sí, desabróchate un botón o dos, para estar más seguras. Jajajaja
Sarah: ¡Eso ni pensarlo!
Bea: Se nos cerró el grifo chicas.
Meg: Venga, vamos a brindar. ¡POR LAS GRADUADAS!
Todas a la vez: ¡POR LAS GRADUADAS!


Dos chicos se acercaron para sacarlas a bailar y Laura y Bea fueron directas a la pista de baile, arrastrando a los chicos hasta ella. 


Meg: Quédate conmigo Sarah, por favor. Me duelen mucho los pies y no me apetece quedarme aquí sola.
Sarah: No te preocupes, me quedo contigo. Estoy un poco mareada.
Meg: Pues por el chupito no puede ser, así que será el calor, esto parece una sauna.
Sarah: Quizás me sentaría bien tomar un poco de aire.
Meg: Te acompaño, así me puedo descalzar un rato fuera, que aquí no es plan.


Las dos chicas salieron fuera del bar, bajo la atenta mirada de uno de los hombres que allí se encontraban.

Meg: Aire puro, ya estaba harta de esa cloaca.
Sarah: Meg, me encuentro muy mal.
Meg: ¿En serio? ¿Quieres que te acerque a casa?
Sarah: Creo que mejor al hospital. No consigo mantener los ojos abiertos.
Meg: ¡Mierda! Espera un momento, me dejé el bolso dentro, iré a decirle a estas que nos vamos y te llevaré corriendo, no te muevas.
Sarah: No podría aunque quisiera. – Le dijo a su amiga que había desaparecido como una bala en dirección al bar. Mientras, Sarah se apoyaba en la pared, buscando estabilidad.-
Ben: ¿Estás bien?
Sarah: ¿Qué?
Ben: Tienes mala cara. Soy Ben, el camarero. He salido a sacar la basura y te he visto. Estás muy pálida. ¿Te encuentras bien?
Sarah: No… yo… mi amiga… 


Sarah perdió el equilibrio y Ben la sujetó. Las piernas ya no le sostenían y los párpados le pesaban demasiado. Su respiración se volvió más pausada y apenas podía emitir un sonido audible detrás de otro.


Ben: No te preocupes, yo cuidaré de ti.- Cargando con ella en volandas.- 
Sarah: ¡No!


Sarah no pudo pronunciar ni una palabra más, intentó luchar con todas sus fuerzas, pero los brazos y las piernas no le respondían. Notó como la echaban en la parte trasera de una camioneta y le colocaban una manta por encima. ¿Qué le sucedía? Estaba claro que le habían puesto algo en la bebida. ¿Qué le pasaría? 

Estaba aterrada, pero no podía gritar, ni patalear. Mil cosas pasaron por su cabeza, un cuchillo ensangrentado, un cuarto oscuro con barrotes, un hombre sudoroso y al final del todo… una cuneta o un profundo lago en el que nadie la buscaría jamás. Acababa de graduarse y poco después estaría muerta. ¡Vaya mierda de vida!, pensó justo antes de cerrar los ojos y dejar que una lágrima furtiva rodase por su mejilla.


…HORAS DESPUÉS…


Tenía frío, mucho frío. Los dientes le chirriaban y tenía las manos agarrotadas. De repente abrió los ojos y todo estaba oscuro. ¿Estaba muerta? ¿Dónde estaba? 

Una luz parpadeó en el techo y pasados unos segundos se encendió por completo, dejando al descubierto un mundo de pesadillas del que no podría volver a despertar jamás. Se encontraba metida dentro de una bañera llena de hielo y enseguida cayó en la cuenta, seguramente le faltaría un riñón, como en esa dichosa leyenda urbana que tanto le atemorizaba. ¿Era la presa de un contrabandista de órganos? Se echó las manos al cuerpo y descubrió para su desgracia, que era cierto, la raja que tenía en un costado le dio fuerza a su argumento. 



Sarah: ¡Dios, no! – Echándose a llorar sin remedio.-


De pronto escuchó como golpeaban un cristal y miró a su izquierda asustada, llevándose una gran sorpresa. Estaba en una habitación de cristal, rodeada de varios cubículos como el suyo. Un hombre delgado y demacrado, golpeaba el cristal y movía los labios, pero no podía escuchar lo que decía, el cristal era de un grosor superior a los blindados que suele utilizar la policía y tan duro como el acero.


Salió de la bañera con dificultad, aún estaba bajo los efectos de las drogas y por ello, se resbaló y cayó al suelo. Intentó ponerse en pie y al apoyar las manos para levantarse, comprobó que no solo había celdas a su lado, sino en todas partes. Una joven gritaba desesperada desde la celda de abajo, o esa fue la impresión que le dio a Sarah. 

¿Dónde demonios estaba? ¿Qué lugar era aquél y por qué estaba allí? Esas fueron las preguntas que retumbaron con fuerza en su cabeza, justo antes de quedarse a oscuras de nuevo y que el pánico se apoderase de ella. ¿Quién había apagado las luces?

Continuará...

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