"Este spin off se lo dedico a mi buen amigo Marc, lo hice con sus tres roles en SpnFever. Lo prometido es deuda, querido amigo, espero que te guste."
.........................
Sonó la alarma del móvil…
'Cause it
was the heat of the moment
Telling me what your heart meant
The heat of the moment shone in your eyes…
Telling me what your heart meant
The heat of the moment shone in your eyes…
Dean: ¡Nos
atacan! – Dijo cogiendo la pistola que tenía bajo la almohada, sobresaltado.
Sam: No nos ataca
nadie, es la alarma. Vístete, tenemos un caso.
Dean: ¿No podemos
descansar ni un solo día, Sammy?
Sam: Voy cargando
el coche, date prisa.
Dean se levantó, se dio una ducha, se vistió, después cogió
su bolsa y salió corriendo, Sam le estaba esperando fuera. Condujeron un par de
kilómetros cuando Dean realizó un giro de 180 grados sin previo aviso.
Sam: ¿Qué haces?
Dean: No he
desayunado, tengo hambre y aquí hacen unas buenas tortitas con sirope de arce.
Además, cogeremos algo para el camino.
Los dos hermanos entraron en la cafetería. Aún no estaba muy
llena, por lo que se pusieron en una mesa apartada para disfrutar de su
desayuno. Dean cogió la carta y saludó a la joven y guapa camarera que les
atendió. Le puso su cara de coqueteo mientras mordisqueaba el boli y la
camarera le trajo un bollo extra, cortesía de la casa.
Cuando Dean estaba a punto de probar el primer bocado…
Crowley: Hello,
boys!
Sam: ¡Crowley!
¿Qué demonios quieres? – Dirigiéndose al demonio que apareció sentado junto a
Dean.
Crowley:
Tranquilo alce, estoy aquí porque requiero vuestros servicios.
Dean: Lárgate y
déjame comer. Tengo hambre.
Crowley: ¿Cuándo
no tienes hambre tú, ardilla? Tengo un ligero problemita con la adolescente
psicópata.
Dean: ¿Quién?
Sam: Amara.
Crowley: ¡Premio
para el alce! Sí, Amara. Es más poderosa de lo que me imaginaba. Le ha dado
por… bueno, cambiar un poco las cosas.
Dean: ¿Y cuál es
el problema?
Crowley: Dice que
la creación de Dios es un desastre y que no hay por donde cogerla, por lo que
pretende volver al principio y cambiar las cosas. Eso quiere decir… el Big
Bang, monitos, el Big Bang.
Sam: Eso es
imposible, no puede interferir en el Big Bang.
Crowley: Lo sé,
por eso pretende regresar al pasado y alterarlo, de esa forma, todo cambiará.
Dean: ¿Y a ti qué
más te da?
Crowley: Soy el
rey del infierno, si altera las cosas me sacaría de mi puesto y eso no me hace
la menor gracia. ¿Comprendes, monito?
Sam: ¿Cómo la detenemos?
Crowley: Hay que
ir al pasado y evitar que altere nada. Yo intentaré convencerla para que
regrese, pero necesito a alguien que evite que me devoren las alimañas. Mi
traje de carne me gusta demasiado y allí lo más probable es que mis poderes no
funcionen tan bien como es de esperar, ya que allí no sería más que un demonio.
Por aquél entonces, el infierno estaba en pañales y gobernado por tu novia,
alce.
Sam: ¿Qué novia?
Crowley: Lucifer
¿quién sino?
Los tres hombres salieron del local y fueron hasta el Impala
a recoger armas, si iban a viajar al pasado tendrían que estar preparados. De
pronto Sam notó que alguien les seguía, un hombre encapuchado. El hombre fue
ganándoles terreno y cuando iba a sacar una pistola, Sam se abalanzó sobre él y
forcejearon por el arma.
Dylan: ¿Sam?
Sam: ¡Dylan! No
me lo puedo creer. ¿Por qué nos atacaste?
Dylan: Lo siento,
pero… ¿Qué hacéis con el rey del infierno? Le atacaba a él.
Sam: Es… una
larga historia.
Crowley: ¿Alce,
no nos presentas a tu nueva novia?
Dylan: ¡Como te
coja te…! – Lanzándose a por Crowley y siendo sujetado por Sam.
Sam: Tranquilo
Dylan, ahora te lo explicamos. Dylan es el primo de Lisa. Lo conocí en una
cacería, es de los nuestros.
Tras las presentaciones y una larga conversación, decidieron
que Dylan y Dean, acompañarían a Crowley en el viaje en el tiempo. Dylan era un
fanático de los dinosaurios y eso les vendría como anillo al dedo. ¿Pero lo del
viaje en el tiempo, cómo lo harían? El rey del infierno tenía sus recursos. Sam
se quedaría como enlace con Cass en este lado y si algo iba mal, ellos se
encargarían de traerlos de vuelta. Eso no le gustó nada al joven Winchester,
pero cuando se le metía algo en la cabeza a su hermano no había quien le
llevase la contraria, si lo hacía sabía que Dean iría sin consultarle y eso
sería mucho peor.
Condujeron hasta el motel donde Dylan se alojaba, allí
esperarían Cass y Sam hasta que los demás regresaran. Tenían que pensar un plan
para contener a Amara y el tiempo corría en su contra.
Cuando llegaron a la habitación, Sam llamó a Cass y este se
personó junto a ellos en seguida.
Cass: ¡¿Crowley?!
Crowley:
Casteliote… ¿Cómo van las cosas por ahí arriba?
Cass: ¿Qué
sucede?
Pusieron a Cass al corriente y antes de marcharse, Dean
quiso advertir a su hermano que no se hiciese el valiente, por si Crowley les
traicionaba y regresaba el solo con Amara. Tras una típica discusión, Sam
accedió, aunque Dean sabía que su hermano pequeño terminaría haciendo lo que le
diese la real gana.
Dean: Cass, cuida
de mi hermano.
Crowley comenzó a decir unas palabras en latín y
seguidamente, Dylan, Dean y Crowley desaparecieron.
65 MILLONES DE AÑOS
ANTES
Llegaron a una playa de agua cristalina y arenas blancas.
Dylan se separó del grupo mientras Crowley y Dean se enzarzaban en una
discusión sobre quien llevaría la voz cantante del grupo.
Crowley: Yo soy
el rey del infierno y os he traído hasta aquí, así que yo soy el líder de la
expedición. Vosotras, Débora y Daissy sois mis damiselas de compañía, no lo
olvides ardilla.
Dean: Más que tus
damiselas somos tus guardaespaldas. Y por mucho rey del infierno que seas, yo
tuve la marca de Caín y la primera espada. ¿Recuerdas?
Dylan: ¿Queréis
callaros de una vez? Tenemos compañía.
Crowley: Recordad
que no podemos matar a ningún bicho o el orden de las cosas se alteraría. Tened
cuidado donde ponéis esas canoas que tenéis por pies, bitches.
Dean: Tenemos
tranquilizantes para parar a un regimiento, con esto no matamos a nadie, como
mucho les haremos cosquillas.
Aparecieron un montón de dinosaurios en miniatura.
Dean: ¿Eso es lo
que te da miedo? Los dinosaurios de la Barbie.
Dylan: Tú ríete,
pero cazan en manada y te comen vivo. Son Compsognathus. ¿No has visto Jurasic
Park 2?
Dean: Sí, pero me
gustó más la primera.
Crowley: A mí no
me mires. El friki es él.
Dylan: ¿Estás
seguro que no podemos matarlos?
Crowley: Seguro,
para evitar cosas como esas hemos venido.
Dylan: Pues…
¡CORRED!
Los tres corrieron por la línea de la costa hasta llegar un
gran tronco tirado en el suelo, se escondieron debajo de él y así dieron
esquinazo a los pequeños dinosaurios que querían devorarlos.
Dean: Bueno ¿y
ahora qué?
Crowley: Tenemos
que dar con Amara. Por aquí no hay muchos humanos que digamos, podemos tenderle
una trampa y tenemos el alma perfecta para hacerlo.
Dean y Crowley se miraron, después contemplaron a Dylan y
este no podía imaginarse lo que le esperaba.
Dylan: Esperad un
momento. ¿Me estáis diciendo que voy a ser el plato principal de la loca esa?
Crowley: Contigo
tendría incluso segundo plato y postre.
Dylan le echó una mirada asesina al demonio, pero este le
ignoró. Continuaron su camino, adentrándose en la parte frondosa de la isla.
Dylan les explicó que supuestamente, según Spielberg, los carnívoros más
peligrosos se encontraban en el interior de la isla, por lo que cuanto más
avanzasen, más peligros se encontrarían. De pronto se detuvieron, Crowley les
dijo que les contaría el plan que había ideado para convencer a Amara.
Dean: Así que tu
mejor baza soy yo.
Crowley: Por lo
que he podido averiguar, tienes una relación especial con mi pequeña Amara.
Seguro que la convences.
Dean: Sí, claro.
En cuanto la encuentre acabaré con ella.
Crowley: ¿Estás
seguro de ser capaz de hacerlo? Yo creo que no. Compartís algo muy valioso, la
marca de Caín.
Dean: ¿Qué sabes
al respecto? ¡HABLA!
Dylan: Chicos,
creo que deberíais dejar las cuentas pendientes para otro momento. No creo que
sea el momento ni el lugar indicado. Porque yo pienso que…
Dean: Dylan, no
te muevas.
Dylan: ¿Por qué?
Entonces se escuchó una respiración y un sonido
característico.
Dylan: ¡Mierda!
Dylan se agachó y Dean disparó un dardo al cuello del
raptor, con el que dio de lleno. Mientras, Crowley veía toda la escena desde
unos metros más atrás. Dylan rodó por el suelo para escapar del ataque de otro
de los raptores que saltó desde detrás de la vegetación hacia él. Y Dean tuvo
que hacer lo mismo, ya que fue atacado por otro de los raptores.
Dylan: Se me
olvidó deciros que los raptores cazan en manada.
Dean: Pues
podrías haberte acordado un poquito antes.
Los tres se vieron rodeados por los animales en un momento.
Crowley probó a usar sus poderes, pero no sirvió de nada, en ese lugar no
funcionaban, o al menos no de la forma que él esperaba. No podían matar a las
bestias, pero las bestias a ellos sí y no tendrían dardos suficientes para
todos, por lo que ese sería su fin.
De pronto, Dylan alzó lentamente las manos y comenzó a
hablar con los animales.
Crowley: No se
qué demonios te crees que haces, Cesar Millán, pero te recuerdo que estos no
son chuchos pulgosos, por si no te habías dado cuenta.
Dylan ignoró al demonio y siguió hablándoles a los animales,
que por muy surrealista que fuese, parecía que le entendían.
De improvisto, uno de los raptores se dispuso a saltar sobre
Dylan, pero entonces escucharon un rugido que les heló la sangre. Eso lo
reconoció hasta Dean, que instintivamente se echó hacia atrás, provocando que
el raptor saltase a por su presa, pero éste
fue interceptado por un inmenso tiranosaurio rex que apareció detrás de los
árboles. Los raptores cambiaron de objetivo y saltaron sobre el rex, que los
cogía de la cola, los lanzaba al aire y los destrozaba al atraparlos entre sus
mandíbulas.
Aprovechando la pelea entre los dinosaurios, el demonio y
los dos cazadores salieron corriendo por caminos separados.
Tras varios metros corriendo, Dylan se detuvo y miró hacia
atrás, estaba solo. Se subió a un árbol para ver si encontraba a alguno de sus
compañeros y vio a Crowley subido en uno de los árboles contiguos.
Dylan: No me lo
puedo creer. El rey del infierno huyendo como una gallina.
Crowley: Mira
quien fue a hablar. El hombre que susurraba a los raptores.
Dylan: Al menos
yo intenté hacer algo de provecho, no como tú que te escondías como una nenaza.
Mientras los dos discutían, Dean seguía corriendo, hasta que
se dio cuenta que había perdido a sus
compañero de fatiga.
Dean: ¡Bowls!
Entonces sintió como si un gran imán le atrajese hacia lo
más profundo de la maleza. Apartó un par de ramas con las manos y allí estaba
ella.
Dean: ¡Amara!
Amara: Hola Dean.
¿Qué haces aquí? ¿Cómo has llegado? No me lo digas, el tío Crowley vino
contigo.
Comienza a ser bastante molesto.
Dean: Amara,
tienes que volver.
Dean sacó el cuchillo mata demonios y lo alzó frente a
Amara.
Amara: No puedes
matarme, Dean. Estamos unidos para siempre y en el fondo lo sabes.
Entonces Amara se aproximó a Dean y lo besó. El cazador al
principio intentó resistirse, pero la Oscuridad había estado tanto tiempo
dentro de él que al final cayó rendido a sus pies.
Crowley:
¡Ardilla! ¿Se puede saber qué haces?
Crowley estaba furioso, pero calmó su gesto serio para
hablar con Amara.
Crowley:
Princesa, tienes que regresar, este no es el modo de hacer las cosas.
Amara: Para crear
hay que destruir. Si nos deshacemos de la creación divina, podremos rehacer el
mundo como queramos, tío Crowley. ¿No es lo que querías?
Dean: Amara,
escúchame. No puedes destruir a la humanidad. Me dijiste que a mí no me harías
daño, si haces esto, estarías incumpliendo tu palabra.
Amara lo pensó durante unos instantes, después alzó la vista
para mirar a los ojos directamente a Dean, le acarició la mejilla con el
reverso de la mano y desapareció.
Crowley: Ya está,
la pequeña psicópata regresó a casa. ¿Ves como me serviste bien, ardilla?
Dylan: ¿Y ahora
cómo volvemos?
Crowley: Igual
que vinimos. Tengo que decir las palabras exactas del… hechizo.
Dean: ¿Qué
hiciste ahora?
Crowley: ¡NO
ESTÁ!
Dylan: ¿Te
refieres a esto? No me fio de ti, no iba a dejar que te largases de aquí sin
nosotros.
Dean: Bien
pensado. Larguémonos de aquí, me muero de hambre.
Dylan: Eso mismo
iba a decir yo.
Crowley: Trae
aquí eso, Daissy. ¿Listas, señoritas?
Mientras, en la habitación del motel, Cass y Sam estaban
rebuscando en internet y en libros antiguos, la mejor manera de hacer regresar
a Dean y a Dylan, por si acaso Crowley les traicionaba. Los dedos de Sam volaban
por el teclado del ordenador, mientras buscaba en internet, a la par que Castiel
se mantenía alerta con la radio angelical y rebuscaba en uno de los libros que
tenía sobre la mesa.
Sam: Tenemos que
dar con una solución, Cass. No pienso dejar a mi hermano atrapado en otro
tiempo.
Cass: No va a ser
nada fácil, en el cielo nadie sabe nada del asunto, por lo que es difícil
escuchar algo que merezca la pena. Yo sigo siendo el tema principal de
conversación.
Sam: Siento no
haberte preguntado antes. ¿Cómo te encuentras?
Cass: No estoy
seguro. Mis hermanos quieren acabar conmigo y puedo comprender por qué. He
cometido muchos errores.
Sam: Todos lo
hemos hecho, Cass.
Crowley: Hello,
boys! ¿Nos echasteis mucho de menos.
Todo había salido bien. Tras una larga charla, Crowley
desapareció, Cass se marchó y Dylan se despidió de los hermanos desde la
puerta, hasta que una nueva aventura uniese de nuevo sus caminos.
Camino al Impala, Sam se detuvo y Dean se dio cuenta que
algo le ocultaba.
Dean: ¿Qué pasa?
¿Estás bien?
Sam: Pensé que no volverías. No sabía cómo hacerte regresar
si Crowley os traicionaba. Estaba decidido a ir en busca de Rowena si era
preciso.
Dean: Estoy aquí,
Sammy. Sabes que soy duro de roer y siempre vuelvo. Queramos o no, siempre
volvemos.
Sam: Lo sé, pero
no siempre será así y temía que hubiese llegado el momento.
Dean abrazó a su hermano e instantes después pusieron rumbo
a Oklahoma, tenían un caso que resolver y una criatura con la que acabar.
Dean: El negocio
familiar, Sammy. El negocio familiar.
FIN