En algún lugar de
Wichita, Kansas.
Eran las siete de la
tarde, Gabrielle, Clarisse y Gala, tres amigas reunidas tomando café como
cualquier otro grupo de mujeres, llevaban horas poniéndose al día. Que si el
trabajo esto, que si las parejas lo otro, normales.
De repente algo llamó su
atención, todo quedó paralizado excepto ellas.
Gabrielle: ¿Qué pasa? Creo que el café llevaba algún tipo de droga, no entiendo nada.
Gala: Maldita sea, para una vez que me escapo del infierno y no tengo a Crowley
dándome la brasa me pasa esto.
Clarisse: Gala, no blasfemes. ¿Y qué demonios es “esto”?
Se oyeron aplausos en la
mesa de al lado y las chicas se giraron para ver lo que sucedía. Allí estaba
él, Muerte.
Muerte: Hola chicas. Espero no haber interrumpido nada. Necesito que me hagáis un
favor y os dejaré vivir.
Gala: ¿Quién demonios crees que eres? No sabes con quién te estás metiendo.
Gabrielle: Gala calla, que es la muerte.
Muerte: Un respeto a tus mayores, ojos negros.
Clarisse: ¿Qué quieres?
Muerte: Necesito que me busquéis un objeto, está hechizado y no puedo hacerme con
él. Mi anillo. Alguien me lo robó y lo hechizó para que no lo encontrase, lo
quiero de vuelta.
Gabrielle: ¿Y dónde…?
Gala: Se esfumó, perfecto. ¿Por dónde íbamos?
Clarisse: Tenemos que hacer lo que nos dijo.
Gala: Ni loca, para una vez que me tomo el día libre paso de buscar nada.
Gabrielle: Tenemos que hacerlo, no quiero morir por una tontería como buscar un
anillo perdido, aunque creo que a Castiel no le hará ninguna gracia cuando se
lo diga.
Gala: No tiene por qué enterarse.
Tanto Gala como
Gabrielle, primero compartieron una mirada cómplice y después posaron sus ojos
en los de Clarisse.
Clarisse: No me miren así, es mi jefe, tiene que saberlo.
Gala: No decimos que no se lo cuentes, pero sí que lo retrases. Angelito, prueba
el lado oscuro de vez en cuando, no es tan malo.
Gabrielle: No le tenemos que mentir, seguimos estando las tres en un día de chicas.
El resto son detalles sin importancia.
Clarisse: De acuerdo, solo espero no encontrarme con él antes de terminar esta
misión suicida, o no podré ocultárselo.
Gala: Bienvenida al lado oscuro, Clarissa.
De pronto todo volvió a
su ritmo normal, las tres chicas se levantaron como si no hubiese pasado nada y
se marcharon por la puerta.
MÁS TARDE. COCHE DE
GABRIELLE
Gala: Te digo que es por la derecha, tienes que girar aquí. Hecate dijo que era
la casa con la puerta azul y está ahí mismo.
Gabrielle: No puedo girar, es de sentido único.
Gala: Si está a 200 metros, no vamos a dar toda la vuelta para eso.
Gabrielle y Gala, se
giraron pidiendo opinión a Clarisse, pero se llevaron una sorpresa cuando
vieron que el asiento trasero estaba vacío. Entonces la vieron frente a la
puerta de la casa a la que se dirigían.
DIN DON
Un niño de unos 16 años,
pelo castaño y ojos azules les abrió la puerta.
Patrick: ¿Qué quieren?
Gala: Que nos devuelvas el anillo. Eso queremos.
Patrick: ¿Qué anillo?
Gala: Niño no te hagas el tont…
Gabrielle le dio un
codazo a Gala.
Gabrielle: Alguien vio como te llevabas el anillo de nuestro padre, si lo devuelves
no te denunciaremos.
Patrick: No puedo devolverlo, porque ya no lo tengo. Un hombre me pagó 10 dólares si
le quitaba el anillo a vuestro padre y se lo entregaba.
Clarisse: ¿Cómo se lo quitaste sin que se diera cuenta?
Patrick: Le seguí al baño cuando la camarera le echó la bebida encima sin querer y
cuando se lo quitó para limpiarse el traje, se lo mangué. Así de simple. El
hombre vino hará una media hora a mi casa y se llevó el anillo.
Gabrielle: ¿Cómo era el hombre que te pagó? ¿Viste hacia dónde se fue?
Patrick: No lo vi. Era alto, delgado y
vestía de negro.
Gala: Crowley no es. Está más bien regordete.
Clarisse: ¿Podrías hacernos un retrato de ese hombre?
Patrick: Podría intentarlo, se me da bastante bien dibujar.
Tras varias horas,
volvieron al coche y decidieron ir a descansar mientras planeaban como
localizar al hombre del retrato, cuando estaban a punto de llegar al motel de
Gabs, Muerte apareció en el coche junto a Clarisse. Gabrielle del susto pegó un
volantazo sacando el coche de la carretera.
Gala: ¿Estás loco? Casi nos matamos. Bueno, a la rubia, a nosotras no.
Muerte: Hola ángeles.
Gala: Aquí el único ángel es la Clarisse. ¿Qué haces aquí?
Muerte: Quería saber cómo va la investigación.
Clarisse: Bien, tenemos el retrato robot del que se llevó tu anillo. ¿Te suena de
algo?
Muerte: ¿Debería sonarme?
Clarisse le enseñó el
retrato y Muerte no le reconoció.
Muerte: Aún no está en mi lista. ¡Encontradle!
Y Muerte desapareció.
Gala: Otra vez se esfumó.
Gabrielle: Tú haces lo mismo Gala, no te quejes. Jajajaja
Clarisse dijo que iría a
buscar datos sobre ese hombre en los archivos del cielo y desapareció.
Gala: ¿Ves? Otra igual.
Mientras estaban en el
hotel, Gabrielle intentó encontrar algo en el ordenador, pero no sabía por
dónde empezar a buscar y terminó haciendo acreditaciones del FBI para Gala y
Clarisse, por si acaso las necesitaban. Gala mientras tanto, estaba saqueando
el mini bar de la habitación de Gabrielle.
Gabrielle: Me vas a dejar sin existencias.
Gala: Me aburro y Clarisse tarda mucho.
Clarisse: ¿Me buscabas?
Clarisse había estado
buscando información y tuvo éxito. El hombre que buscaban era un demonio de
bajo nivel. Al decir esto, Gabrielle y Clarisse miraron a Gala de forma
intimidatoria.
Gala: A mí no me miren, no conozco a todo el mundo ahí abajo.
Las chicas le pidieron a
Gala que volviese con Crowley a ver qué conseguía sacarle acerca de ese demonio
y desapareció.
Al llegar donde estaban
Crowley y su madre, Gala les contó que había un demonio que se estaba
revelando, había iniciado una misión sin autorización y necesitaba localizarlo
para acabar con él. Cuando Rowena oyó esas palabras, se levantó de su silla y
comenzó a dar vueltas por toda la sala recogiendo brebajes que mezclaba en un
caldero.
Rowena: Si alguien quiere hacer daño a mi querido Fergus, no se lo voy a permitir.
De pronto echó algo al
caldero y una nube de humo gris se alzó, formando una flecha que señaló una
dirección en el mapa que había junto al caldero.
Rowena: Ahí lo tienes querida. Tráeme la cabeza de ese traidor. Quería decir…
tráesela a tu rey.
Gala: Así lo haré.
Gala apareció con la
ubicación del demonio en la habitación de las chicas y les contó lo sucedido.
Tras esto, se marcharon hacia las afueras de Kansas, donde se ocultaba el
demonio.
Gabrielle: No me puedo creer que la madre de Crowley esté viva.
Gala: Pues eso que no la conoces, la señora es de armas tomar.
Clarisse: Con un Fergus ya teníamos bastante, no nos hacía falta su versión
femenina.
Gala: No sé cuál de los dos es más femenino. Aparca por ahí Gabs. Ese es el
granero.
Gabrielle: No entiendo qué pinta un demonio en un granero.
Clarisse: Tengo un mal presentimiento.
Gala: Los ángeles siempre tenéis un mal presentimiento, sois demasiado
pesimistas.
Las tres chicas entraron
en el granero que parecía estar vació y cayeron en la trampa. El demonio
apareció y cogió por sorpresa a Gabrielle del cuello, mientras que varios de
sus esbirros se enfrentaron a Clarisse y a Gala.
Clarisse: Son demasiados.
Gala: Crowley sabe que estás planeando algo, estás muerto y lo sabes.
Demonio: Ese pelele no me asusta. En cuanto me enfrente a él teniendo el anillo de
Muerte, no tendrá nada que hacer contra mí y la marimandona de su madre
tampoco. Me pone de los nervios, no la soporto más.
Gala: Ahí te tengo que dar la razón, pero este no es el modo de hacerlo.
Clarisse y Gala estaban
al límite de sus fuerzas. Clarisse no podía usar su gracia porque no le daba
tiempo ni de respirar. Un demonio, otro y después otro. Gala estaba en la misma
situación, mientras, Gabrielle luchaba por zafarse de las garras del demonio
que la asfixiaba lentamente. Cuando estaba a punto de perder el conocimiento,
algo sucedió. Todo se detuvo como la vez anterior en aquel bar.
Muerte: Buen trabajo ángeles.
Muerte se acercó al
demonio y le quitó el anillo que estaba en el altar que tenía a su espalda.
Cuando se puso el anillo, alzó la mano y los demonios comenzaron a ser
exorcizados. Cuando terminó, los cadáveres estaban en el suelo y los únicos que
permanecían de pie eran Muerte y las chicas.
Clarisse: ¿Estáis bien?
Gabrielle: Si. ¿Y tú?
Gala: Podías haber aparecido un poco antes. ¿Cómo nos encontraste? Y deja de
llamarnos ángeles que no eres Charly. Creo que has visto demasiada televisión.
Muerte: Os estaba vigilando. Ahora me tengo que marchar, espero no tener que
volver a cruzarme con vosotras, pero si se da el caso, será un placer.
Y Muerte desapareció.
Gala: Hala, ya está otra vez. Ni las gracias que nos dio.
Gabrielle: Chicas, creo que necesito un trago después de esto.
Gala: Me apunto.
Clarisse: Yo debería ir a informar.
Gabrielle: Hazlo más tarde. Creo que por hoy nos hemos ganado un descanso. ¿No crees?
FIN
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