miércoles, 25 de marzo de 2015

Halliwell forever



"Este cuento es un fanfic basado en uno de mis personajes de SupernaturalFever y mi serie favorita, embrujadas."

.................................

Me encontraba en casa, tenía el día libre en la consulta y había terminado de hacer limpieza general, por lo que estaba agotada. Me fui a acostar temprano, al día siguiente había quedado con Brooke para tomar algo por la ciudad y enseñarle lo mejor de San Francisco.

Leo: Cariño, despierta. Te traje el desayuno a la cama.

Me desperté sobresaltada y vi un hombre medio desnudo en mi habitación. He de reconocer que era un pedazo de hombre, pero…

Hecate: ¡¿QUIÉN ERES TÚ Y QUÉ HACES EN MI CASA?!

Leo: Piper cariño, soy yo Leo, tu marido, tu luz blanca. ¿Estás bien?

Hecate: ¿Quién es Piper?
 
Leo: PAIGEEEE

Hecate: ¿A quién le gritas?

De pronto, una joven pelirroja apareció en mi habitación, precedida por una luz blanca azulada.

Hecate: ¿Quién demonios sois y qué hacéis en mi casa? No os lo volveré a preguntar. Quiero que os larguéis inmediatamente. ¡FUERA!

Al mover las manos señalando a la puerta, hubo una explosión y la puerta de madera voló en mil pedazos.

Hecate: ¿Qué acaba de pasar?

Paige: ¿Qué sucede?

Leo: Creo que Piper ha perdido la cabeza.

Hecate: Deja de llamarme Piper, me llamo Hecate Fenix, soy psicóloga y vivo aquí, en esta misma casa, en San Francisco. Vosotros sois los locos, no yo.

Phoebe: ¿Qué ha sido esa explosión?

Entró otra joven morena y parecía alterada.

Hecate: ¿Se puede saber de dónde habéis salido y por qué hay tanta gente extraña en mi casa?

Phoebe: ¿Qué demonio puede haber hecho algo así?

Paige: No lo sé, será mejor que consultemos el libro de las sombras.

Leo: Yo iré a consultar con los ancianos, a ver si saben algo.

Hecate: Holaaaaaa. Sigo aquí. ¿Me puede explicar alguien lo que pasa?

Leo: No te preocupes mi vida, enseguida lo arreglamos. Vístete por si vuelvo con algún anciano.

Hecate: ¿Qué, te vas a un asilo?

El hombre se acercó y me dio un beso en los labios y vaya beso. Después desapareció de la misma forma que había entrado en escena la pelirroja. Las dos chicas salieron de la habitación y fueron al desván.
 
Hecate: ¡Mierda, ahí es donde guardo mi libro de las sombras! Menos mal que está hechizado y solo los de mi misma sangre lo pueden tocar.

Subí apresuradamente las escaleras hasta el desván y allí estaban esas dos con mi libro en las manos.

Hecate: ¿Cómo es posible? Eres un traidor.

Phoebe: No puedo encontrar ningún demonio con esa capacidad.

Paige: ¿Y la fuente?

Phoebe: Pero si ya lo habíamos matado.

Paige: Es el único que podría hacer algo así. Quizás haya resucitado o no esté muerto del todo.

Hecate: Creo que la cabeza me da vueltas. ¡¿Queréis parar un momento y explicarme qué es lo que pasa?!

Volví a agitar las manos y la mecedora que se encontraba detrás de las chicas explotó, haciendo que ambas se tiraran al suelo para esquivar el impacto. Entonces la pelirroja se levantó, se acercó a mí y me bajó los brazos.

Paige: Verás, hasta que solucionemos esto será mejor que no hagas movimientos bruscos.

Phoebe: Cierto, te pondremos al día. Eres una bruja, como nosotras, que somos tus hermanas.

Paige: Yo hermanastra, para ser más exactos.

Phoebe: Ese hombre que estaba contigo es Leo Wyatt, tu marido y luz blanca. Eres dueña de un bar llamado P3 y tienes poderes. En resumen, congelas y explotas cosas, porque tienes poder sobre los átomos. 

Hecate: No es cierto. Me llamo Hecate Fenix, soy psicóloga y no tengo marido, ni hermanas. Vivo con mi gato Salem y soy bruja, pero no exploto nada de nada. Aunque lo de congelar me vendría muy bien, hay que reconocerlo. Soy jefa del consejo de brujas y tengo poderes, pero esos no.

Paige: ¿Hecate? 

Hecate: Sí, Hecate, no Piper.

Paige: Phoebe ¿puede ser que haya cambiado su alma con la de otra bruja?

Phoebe: No lo sé, es probable.

Hecate: Sigo estando en mi cuerpo, así que eso lo descartamos.

Decidí vestirme, necesitaba estar preparada para todo. Mientras lo hacía, llamé a Dean para pedirle ayuda.

Hecate: Hola Dean, soy Hec. Necesito ayuda, urgente.

Dean: ¿Quién? 

Hecate: Hec, Hecate Fenix. La bruja buena que os ayuda de vez en cuando en los casos.

Dean: ¿Bruja? ¿Cómo tienes mi número? Maldita víbora…

Colgué el teléfono enseguida. No puede ser. Dean no me reconoce, ahora sí que me empiezo a preocupar. Me vestí y mientras me estaba peinando apareció ese tal Leo, he de decir que no estaba nada mal esa vida si incluía aquél hombretón en el pack, eso sí, que mis supuestas hermanas vivieran conmigo en la misma casa no me hacía tanta gracia. ¿Dónde ha quedado la intimidad? Vaya dos gorronas.

Leo: Creo que tengo algo. Los mayores me dijeron que hubo un problema con una aurora boreal que apareció por la zona, algo poco común por no decir casi imposible, pero así fue, eso hizo que hubiese una alteración del espacio-tiempo. Cuando pase el efecto volverás a casa y Piper estará de regreso.

Hecate: Vaya, es un alivio. ¿Y qué se supone que hace Piper un día normal?

De repente me entraron náuseas.

Hecate: Leo, disculpa. ¿El baño?

Leo: Junto a las escaleras.

Hecate: Gracias.

Salí corriendo mientras me tapaba la boca con la mano y al llegar al baño vomité.

Leo: ¿Estás bien? 

Hecate: Supongo que sí. El viajecito en el tiempo me ha pasado factura.

Leo: Creo que no es eso. Piper estaba embarazada y ahora creo que lo estás tú.

Hecate: ¿Qué?

Entonces me desmayé. Por suerte, cuando desperté, lo hice en mi casa, en mi cuerpo y sin kínder sorpresa.

DIN DON

Hecate: Vaya viajecito que me he pegado. 

Cuando abrí la puerta, Leo estaba allí. 

Hecate: ¿Leo? ¿Sigo soñando?

Cronos: Heca soy yo, Cronos. ¿Estás bien? Pasaba por la ciudad y decidí hacerte una visita. 

Hecate: Creo que no volveré a hacer una limpieza a fondo tan intensa. El amoniaco se me subió a la cabeza. Pasa, pasa, cuando te cuente lo que me ha pasado vas a flipar.

FIN


No hay comentarios:

Publicar un comentario