"Este fanfic se lo dedico a mi amiga roler que interpreta a Castiel en el foro SupernaturalFever. Espero que te guste."
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Kiwanis Park, Galesburg. Illinois 21:30
Me
encontraba tras la pista de un licántropo en la zona. Los Winchester estaban
hablando con la familia de la última víctima, mientras yo seguía el rastro que
había dejado desde la casa hasta el parque. Entonces lo vi, se había
transformado y corría a ocultarse tras una arboleda. Corrí tras él pero al
atravesar la arboleda algo cambió, ya no estaba en el parque, sino en otro
lugar que no lograba reconocer, estaba en…
Castiel: ¿La Push? ¿Qué es eso? ¿Un líquido
espeso de color amarillento o verdoso, segregado por un tejido inflamado, y
compuesto por suero, leucocitos, células muertas y por grasa?
Joven Quileute:
Ehhmm…. ¿No? Es la playa que hay en la reserva de los Quileute, mi tribu. Estás
en Froks, en el estado de Washington. ¿Estás bien?
Castiel: No se
cómo he llegado aquí.
Joven Quileute:
Señor, creo que sería mejor que le viese un médico.
Me dirigí al pueblo más cercano mientras intentaba localizar
a Sam y a Dean, pero no había cobertura en ese pueblo. Robé un coche y me
dirigí a la comisaría de policía, si había terminado allí sería por algo. Al
llegar, el sheriff Swan me atendió. Me hice pasar por agente del FBI con la
placa que aún tenía y que ese viejo gruñón de Bobby Singer me había
proporcionado. Le enseñé la placa al revés y al ver su cara de extrañeza le
pedí disculpas alegando que estaba cansado por el viaje.
Jefe Swan: Si
hemos tenido algunos casos sin resolver en la zona, ataques de osos, aunque mi
hija dijo que los había visto y eran lobos, lobos gigantes. Hicimos una partida
de búsqueda, pero no conseguimos dar con ellos y la tuvimos que suspender, uno
de los hombres que nos acompañaba, un amigo mío, sufrió un infarto y murió allí
mismo.
Castiel: Mis
condolencias. ¿Puedo investigar por la zona?
Jefe Swan: Claro,
si necesita algo solo tiene que avisarme.
Me levanté y me marché de allí, por alguna razón mis jefes
me habían mandado a esa zona. ¿Ataques de osos? Estaba seguro que estaba
relacionado con el ataque de Illinois. Me dirigí a un motel que utilizaría como
campamento base, allí intentaría ponerme en contacto de nuevo con los hermanos
y les pediría que moviesen su trasero hasta Forks.
Al llegar al motel Bates, fui a recepción y allí había un
hombre siniestro, alto y fuerte, con actitud pausada. Me registré con uno de
mis nombres falsos y me dio una habitación.
Intenté localizar a los chicos, pero mi teléfono seguía sin
cobertura y el de la habitación no funcionaba debido a una avería en las líneas
telefónicas. Decidí darme una ducha, puede que eso me aclarase las ideas, por
lo que dejé mi gabardina estirada en la cama y mi ropa bien doblada junto a
ella. Mientras estaba en la ducha, sintiendo el agua caliente por mi cuerpo,
alguien abrió la cortina de la ducha, una mujer con un cuchillo en la mano.
Forcejeamos, tenía mucha fuerza, pero logré golpearla y dejarla inconsciente.
Cerré el grifo de la ducha, me coloqué el albornoz y salí a ver quién era esa
mujer. Posiblemente un demonio que intentase matarme, pero no, era el
recepcionista vestido de mujer. El señor Bates, Norman Bates.
Para mi sorpresa había algo en todo aquello que me resultaba
familiar. Me vestí y salí por la puerta y al hacerlo, ya no estaba en el motel,
ni si quiera estaba en Washington.
Castiel: ¿Qué
está sucediendo aquí?
¿Dónde estaba? Un chico rubio con una túnica negra y muy
malos modales, acompañado por otros dos niños regordetes se aproximaron hasta
mí.
Draco: Profesor
Castiel. Harry Potter ha vuelto a saltarse las normas de Hogwarts. Ha ido al
bosque sombrío junto a ese mugriento de Ron Weasley y esa sangre sucia de
Hermione Granger. Espero que sea castigado como es debido y penalicen a
Grifindor por su mal comportamiento. ¡Vamos Goyle, Crabbe, daros prisa!
¿Quiénes eran esos niños? Algo andaba mal. Al ponerme a
seguir a esos niños, pisé algo, miré hacia abajo y vi un envoltorio de un
chocolate tirado en el suelo y caí en la cuenta.
Castiel: Gabriel,
no podría ser otro.
Se escucharon unos aplausos detrás de mí, me giré y mi
hermano apareció tras una esquina.
Gabriel: Querido
hermano, te ha costado darte cuenta de mi engaño. Poco más y te veo en la
pradera cantando y bailando con los Teletubbies.
Castiel: ¿A qué viene
esto Gabriel? ¡Déjate de juegos!
Gabriel: Con lo
bien que lo estábamos pasando, Cass. No seas aguafiestas.
Castiel: ¡Sácame
de aquí ahora mismo! ¡Dime qué es lo que quieres! ¿Por qué haces esto?
Gabriel:
Necesitaba contactar contigo, pero no quería arriesgarme a que nadie se diera
cuenta que sigo vivo. Necesito tu ayuda y la de tus monitos. Alguien ha estado
muy ocupado matando ángeles y echándome a mí la culpa.
Castiel: Pero se
supone que tú estabas muerto.
Gabriel: Ese es
el problema Castiel-tonto. Alguien sabe que estoy vivito y coleando. Quiero que
averigüéis quien es.
Gabriel entonces chasqueó los dedos y un golpe en la cara me
despertó.
Dean: Cass,
despierta. Te has quedado dormido viendo la teletienda.
Dean me había lanzado un cojín a la cara para despertarme.
Castiel: ¿Qué ha
pasado?
Dean: Dímelo tú.
Estabas hablando en sueños.
Noté que tenía algo en la mano y al abrirla, vi que era el
envoltorio del chocolate que había en mi sueño.
Castiel: No era
un sueño. Avisa a Sam, tenemos un caso. Hay que ponerse en marcha.
FIN
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