miércoles, 7 de septiembre de 2011

Amar hasta la obsesión 2ª parte

Holly se levantó del suelo y comenzó a registrar la habitación. Buscaba algo con lo que abrir la cerradura del grillete, que la encadenaba a la cama, pero no hubo suerte, tendría que esperar allí sentada hasta que su secuestrador se dignase a aparecer. De pronto, tuvo una idea, se le ocurrió buscar en sus bolsillos el móvil, pero no lo llevaba encima, se lo habían quitado, que rabia daba encontrarse con tantas trabas. Se sentó en la cama y comenzó a frotarse el tobillo dolorido. Al no saber que hacer, comenzó a cantar a pleno pulmón y así pasaron las horas. De pronto escuchó el ruido de un motor, se levantó de la cama y se asomó a la ventana. Vio una furgoneta blanca aparcada en la puerta, pero no llegó a tiempo de ver al conductor bajarse de ella. Oyó una puerta y unos pasos en el piso de abajo, no sabía que hacer. Se subió a la cama, se tapó hasta el cuello y se hizo la dormida. De pronto la puerta se abrió, notó como alguien entraba, dejaba unas cosas encima de una mesita plegable que acababa de colocar y se acercaba a la cama, donde Holly "dormía".
El chico se agachó, para comprobar que en realidad estaba dormida, pero de pronto, Holly abrió los ojos y se abalanzó a su cuello, se encaramó como una serpiente y le mordió en el hombro. El chico la empujó y cayó de espaldas. Le había pegado un buen mordisco, le saldría un buen moratón, de ese modo, la gente al verle, se preguntaría que le habría pasado.

Holly: ¿Eres tú? ¿Estás loco? ¡Sácame de aquí!
Brian: Hola. ¿Estás bien? Me has hecho daño.
Holly: Y más que te habría hecho de haber podido. ¿Se puede saber porqué me has secuestrado?
Brian: Sólo quiero hablar contigo y aclarar las cosas.
Holly: Pues no se si sabrás que me estarán buscando, a ver como explicas eso luego.
Brian: Por eso no hay problema, lo tengo todo pensado. Anoche le mandé un sms a tu novio para decirle que no te esperase, que tenías que quedarte a terminar un trabajo de grupo con tus compañeros, que fuese yendo y más tarde te reunirías con él. Todos los demás creen que estás con tu novio, así que nadie te echará de menos en unos cuantos días.
Holly: ¿Pero no podrías haberme pedido que tomáramos algo una tarde, en lugar de esto? Es lo que suele hacer la gente normal. ¿Sabes?
Brian: ¿Me hubieras dicho que sí?
Holly: Probablemente no, pero por lo menos podrías haberlo intentado. No llegar hasta estos extremos.
Brian: Bueno, lo hecho, hecho está. Y como ya estamos aquí juntos, tenemos tiempo de aclarar las cosas, después prometo soltarte. Claro está, si antes me prometes no decir nada de esto.
Holly: Te recuerdo que me estoy perdiendo mis vacaciones, así que corta el rollo y ve directamente al grano. ¿Qué quieres aclarar?
Brian: ¿Porqué no quieres nunca hablar conmigo, me huyes o me miras de esa forma?
Holly: ¿Qué forma?
Brian: No sé, como si me estuvieses perdonando la vida, pero a la vez te resultase indiferente?
Holly: Será porque me resultas indiferente.
Brian: Lo digo en serio.
Holly: Yo también. Cuando éramos unos críos me gustabas, aunque todo el mundo me decía que eras una mala influencia, que no me acercase a ti, todo eso y como soy masoquista, cuanto más me lo prohibían, más me acercaba. Hasta que un día, descubrí que tenían razón y que la tonta era yo por no hacerles caso. Desde ese día me hice prometerme a mí misma que me alejaría todo lo que pudiese de ti. Y eso hice.
Brian: Pero eso ocurrió hace mucho tiempo. Éramos unos críos.
Holly: Lo sé, pero luego empezaste a acosarme, a seguirme a todas partes, a esperarme en la puerta de mi casa, a preguntar por mí a todo el mundo, te sentabas horas y horas frente a mi ventana. Pero si hasta le pagaste a un niño para que te dijera a la hora que llegaba de trabajar, el cual se hizo coleguita mío y me lo contó todo.
Brian: (Entre dientes) Ese mocoso...
Holly: ¿Después de todo eso, aún te preguntas porque te huyo? Lo raro sería que me sintiera a gusto estando contigo, cosa que no pasa ni pasará jamás.
Brian: Perdóname, fui un tonto, pero no podía evitarlo, me gustabas y aún me gustas, es algo que me sale solo. Perdóname, por favor.
Holly: Si perdonado estás hace mucho tiempo, aunque eso no quita, que no quiera saber nada de ti. Ahora estoy muy a gusto con mi vida y sinceramente lo único que haces cuando estás cerca es incordiarme.
Brian: Tampoco pienso que sea para tanto, además, si dices que me has perdonado ¿porqué no quieres saber nada de mí?
Holly: No sé, llámalo intuición, pero creo que puede ser por el golpe en la cabeza, el secuestro, los grilletes o incluso tenerme aquí encerrada en un cuchitril sin comer ni beber nada desde ayer, con estas espantosas vistas. No sé, creo que podría seguir, aunque pienso que te haces una idea. ¿Verdad?
Brian: Bueno eso tiene solución, te traje la cena y una garrafa de agua.
Holly: Vamos, que voy a pasar otra nochecita aquí. ¡Qué ilu! Por lo menos me podías haber traído una radio, tele o unas revistas, para matar el rato. Por curiosidad ¿qué coartada tienes?
Brian: ¿Porqué deberían sospechar nada? Te recuerdo que estás con tu novio.
Holly: Claro y tu linda cabecita no se ha parado a pensar que mi novio me llamará y si ve que no se lo cojo empezará a sospechar. Claro.
Brian: La verdad es que es un poco pesado, lleva llamando todo el día. Pero por suerte ya se cansó, hace horas que paró.
Holly: Eso es porque se ha vuelto y ha ido a ver a mis padres. Seguro que están llamando a todo el mundo para ver si me ha visto y cuando sepan que nadie sabe nada de mí y se den cuenta que no cojo el teléfono, empezaran a llamar a hospitales y por último a la policía.Y créeme, después de tus antecedentes como mi acosador personal, tienes todas las papeletas de que te interroguen. Así que, te haré de nuevo la pregunta. ¿Qué coartada tienes?
¡Ah! y si te detienen, no tardes mucho en decirles donde estoy, no vaya a ser que me quede aquí criando malvas.
Brian: No puede ser. Tengo que ir a comprobarlo, volveré luego.
Holly: Tráeme unos crucigramas o algo, cuando vuelvas, si es que vuelves.

Brian salió corriendo, cerró la puerta con llave y bajó los escalones de un salto. Salió por la puerta principal, que también cerró con llave, se subió a su furgoneta y se marchó derrapando por el camino de tierra.

Holly: Este chico es tonto, se pone a cerrar todas las puertas, como si con la cadena y los grilletes no fuera suficiente. ¿Si me hubiera podido quitar la cadena, quien dice que no hubiera podido abrir los cerrojos de las puertas? Pero bueno, allá él. Además, no sé ni donde estoy, como para irme y perderme por el camino.

Holly se sentó de nuevo en la cama, tras coger la bandeja con su cena y la garrafa de agua. Le daba vueltas a todo mientras comía. Tenía que planear algo para que la soltase cuanto antes, si era cierto lo que había inventado, las cosas se iban a complicar mucho para todos, en especial para ella. Si de verdad descubrían que estaba secuestrada y por quién ¿hasta dónde sería capaz de llegar Brian?
Holly no solía tener miedo nunca, pero esta vez, algo parecido al miedo le recorrió todo el cuerpo.


Continuará...






No hay comentarios:

Publicar un comentario