lunes, 20 de junio de 2011

La bruja y el cazador 2ª parte

Cuando Tabatha llegó a su casa, cerró la puerta de golpe y se fue derecha a su habitación, subiendo los peldaños de la escalera de dos en dos. Al oír el portazo, su madre y su hermana que estaban en la cocina haciendo una poción para destruir a un brujo vecino y oponente de la familia, se sobresaltaron. La madre, Morgana, decidió subir a ver que era ese escándalo. Cuando llegó a la puerta de la habitación de Tabatha, llamó y entró. Tabi estaba sentada en un rincón de la habitación, todo magullada y con los ojos hinchados de tanto llorar. La madre se sentó en la cama y le pidió a su hija menor que relatara lo sucedido. Tabatha le estaba contando lo que pasó, cuando nada más escuchar la palabra cazador, se levantó de la cama y salió de la habitación. Tabatha se quedó perpleja y fue tras ella. Mientras la madre le pedía que repitiese lo sucedido delante de Morticia, la hermana mayor de Tabatha, Morgana se paseaba por las alacenas de la cocina recogiendo especias y otros condimentos para pociones. Según lo poco que sabía Tabi de esos temas de magia negra, la poción que iban a hacer, no era precisamente de protección, sino más bien, todo lo contrario. Les explicó que el cazador la había dejado escapar y su hermana le dijo, que lo más seguro lo hubiera echo para seguirla y ver su guarida, atrapando así a todo su clan. Tabatha juró y perjuró, que no la había seguido nadie y que en los ojos de Nathan no había ira, sino calidez. Pero su familia ya no la escuchaba, no atendían a razones cuando metían la cabeza en el libro de pociones, así que Tabatha decidió salir a buscar a Nathan, hablaría con el, le haría entender que debía desaparecer para que su familia no le diese caza a él. Cuando salía por la puerta, sonó el móvil, era Eli. ¿Qué querría? Ahora no era el momento de contestar, debía volver al parque y encontrar a Nathan.
Estaba amaneciendo y no había rastro de él por ningún sitio. Era tarde y estaba cansada, por lo que decidió continuar la búsqueda más tarde. De repente, algo se movió tras unos arbustos, Tabatha se acercó a tiempo de ver como un pequeño ratón se escapaba corriendo de las garras de un gato. Cuando el gato se dio cuenta que tenía público, se detuvo en seco y se quedó observando a Tabatha. Al poco se acercó y se enrosco en las piernas de la bruja, mientras ella se agachaba y le acariciaba. Al instante, Tabi se escondió detrás de los arbustos y se despojó de la ropa. Cuando salió de su escondite, lo hizo en forma de gato negro, con el pelo más suave y brillante que el terciopelo y unas garras bien afiladas. Comenzó a perseguir al otro gato, jugando y saltando, hasta que pasada una hora, se topó con una caravana al fondo del aparcamiento público del parque. Algo le decía que no se acercase, pero había una fuerza magnética que no podía resistir. Decidió asomarse por una ventana abierta y para su sorpresa allí estaba él, desayunando. Al ver a la gata en la ventana, preparó un cuenco con leche y lo dejó encima de la encimera, justo delante de la ventana.Tabatha estaba sedienta, llevaba toda la noche en vela y había jugado la última hora sin parar, así que decidió tomarse la leche. El estaba sentado en una silla, al otro lado de la encimera, tomándose un café. Saludó a la gata con la cabeza y procuró no moverse mucho para no espantarla.
Tabi no podía dejar de mirar esos ojos verdes y sin darse cuenta, saltó desde la encimera a su regazo y allí se tumbó. Nathan le pasaba la mano por la espalda y ella notaba el tacto cálido de su  piel. Era tan agradable, sabía que su relación era imposible, pero con tal de estar cerca de él, sería capaz de quedarse el resto de su vida como gato. Pero debía avisarle, así que pegó un salto al suelo y se escabulló hasta el cuarto de baño. Nathan fue tras el gato, pero con lo que se topó le pilló por sorpresa. Era ella, la chica de la noche pasada, estaba desnuda, cubierta con una toalla de su cuarto de baño y le sonreía con los labios manchados de leche. No podía ser cierto, ella era la gata que estaba en su regazo. ¿Qué es lo que quería? ¿porqué lo buscaba? ¿sería capaz de matar a un ser tan extraordinario? La cabeza le daba vueltas, sino hubiera sido por los ojos verdes de la bruja, hubiera caído al suelo sin poder remediarlo, pero ahora, esos ojos eran su centro de gravedad, le mantenían anclado al suelo. ¿Le estaba hechizando o era algo normal?


Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario